Año 2003. Febrero. Tremendo calor en Buenos Aires. Sábado.
Acaba de finalizar la cadena Alquímica del Amor.
Este año quiero ir para Pascuas al Descanso del Cielo. Allí es la Catedral de la VMRF.
Sin embargo, presiento que si voy, TODO va a cambiar en mi vida, para BIEN.
Pero me encuentro pasando una pésima situación económica...
Absolutamente acongojada por la imposibilidad de hacer el viaje, lo comento con Irupé y Vanina.
Salimos del Santuario una vez terminada la cadena, enfrascados en cómo conseguir el dinero necesario para hacer la peregrinación.
Nos vamos caminando hacia nuestra casa, por la calle Bolívar, que todos conocen lo angosta que es, Irupé y Marcelo P. adelante, Vanina y yo, detrás. Al cruzar "Independencia", yo digo casi en un grito de preocupación, mirando al cielo:
"-¡¿Pero de dónde voy a sacar yo doscientos pesos para pagar aunque sea mi pasaje??!!!"- (ése era el importe de un pasaje en ómnibus Vía Bariloche ida y vuelta a El Bolsón, en el 2003).
Mientras digo ésto (recuerdo y no lo olvidaré jamás) hago un exagerado gesto, señalando hacia el piso con ambos dedos índices a un lugar cualquiera de la vereda por la que caminábamos.
Veo entonces con estupor delante de mis pies, en el suelo, en el mismísimo lugar que acabo de señalar con mis dedos, DOS BILLETES DE CIEN PESOS, CUASI VOLÁNDOSE, e inmediatamente siento una voz en mi interior que me dice: "ACÁ TENÉS EL DINERO QUE TE FALTABA PARA TU PASAJE. AGARRÁLO Y NO TE QUEJES MÁS! FELIZ CUMPLEAÑOS!" (yo cumplo años el 21 de Marzo, faltaría 1 mes nada más).
No me sale la voz de los nervios. Miro "fuerte" a Vanina, que va a mi lado, como para que se dé cuenta de la presencia del dinero y sea ella la que lo tome y se lo quede.
Ella NO VE los 2 billetes que APARECIERON DE LA NADA delante de nuestros pies!
Pego un grito maravillada y perpleja por lo que acabo de presenciar y protagonizar, más digno de un libreto de Harry Potter que de mi situación actual caminando por calle Bolívar...
Irupé y Marcelo se dan vuelta y recién ahí, ellos 3 ven el dinero en el piso. Todos saltamos de alegría y, porqué no decirlo, desconcierto tal vez... y lloramos porque es muy fuerte vivir una situación mágica, milagrosa, que nos recuerda que somos hijos amados de Dios, y que, como tales, Él ama colmarnos de Bendiciones...
... y que, si pedimos, "se nos dará", tal como ya nos dijera nuestro AMADO JESÚS.
Debo decir que después de presenciar los mágicos sucesos que viví durante la Pascua de 2003 y posteriores, mi vida dio un giro de 360º, colmándome de testimonios como éste para contarle al mundo, en próximas entregas.
GRACIAS MADRE POR TU INFINITA MISERICORDIA. ASÍ ES.
Tu hija,
Guadalupe Farías Gómez
D.N.I. 17.713.161
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