Hola Hermanos:
Quiero contarles lo que me ocurrió, hace aproximadamente dos semanas, era un día sábado, salimos temprano con la idea de hacer varias compras, retirar algunas cosas que había encargado en la semana, en fin yo soy un torbellino, como dice mi esposo a veces me propongo tareas titánicas, sin darme cuenta y arrastro a los demás conmigo.
Ese sábado era uno de esos días en que salgo con mi lista y voy cargando cosas arriba del auto: desde un Jazmín de aprox. 1m de alto hasta un perchero, unos regalitos de cumpleaños de amigas, etc. Cuando regresábamos vi una frutería y le pedí a mi esposo que parara porque me gustaba la mercadería y compré unas cuantas cosas, Pagué, le pedí al muchacho si por favor me podía alcanzar los dos bolsos en donde había acomodado la fruta y verdura hasta el baúl del auto y así lo hizo. Yo me subí en el asiento delantero y el muchacho muy amablemente me cerró la puerta y nos despidió.
Llegamos a casa, acomodamos la mercadería, trasplanté el jazmín, me bañé y cuando fui a buscar algo de mi cartera me di cuenta que no la tenía. Allí comencé a pensar y repensar donde podría haberla dejado, jamás me había pasado una cosa como esta, mis carteras no son chiquitas como para olvidarlas, bueno está demás decirles que llevaba dinero en efectivo para realizar un pago en un lugar que encontré cerrado, una chequera de una pequeña empresa familiar que todavía no comenzó a funcionar y que queríamos empezar a usar para darle movimiento a la cta. cte. del Banco. etc. etc. y sobre todo muchas cosas sin valor material pero con un enorme valor afectivo, imposibles de restituir por otras.
Ese sábado salimos como locos a recorrer en vano porque no encontramos nada y volvimos con el sabor amargo de la pérdida porque además nos dimos cuenta que no sabíamos en que calle estaba la bendita verdulería, que a este punto yo estaba segura de haberla dejado apoyada en una especie de mesada hecha con cajones de manzana.
El Domingo entre llantos y oraciones tuve una conversación muy intima con la Virgencita, si: con nuestra querida Señora de los Imposibles, la Virgen de la Flores. Es allí donde le pregunté si me iban a devolver la cartera y les juro que yo vi como moviendo la cabeza me dio su afirmación, eso me llenó el espíritu de fe.
El Lunes mientras mi marido fue a hacer todas las denuncias a la comisaría, al Banco, etc., previo yo decirle “esperá que yo estoy casi segura que hoy recupero la cartera”, yo tomé una Guía de calles de la ciudad, una cartera vieja y adentro puse una estampita de la Virgen María Reina de las Flores y un almanaque de los Santos Cosme y Damián (Santos Médicos a quienes venero desde muy chica siguiendo la tradición que me enseñó mi abuela materna). Me encomendé a los santitos porque el corazón parecía que se me salía del pecho y le dije a la Virgen que si me ayudaba a encontrar la cartera yo a cambio le prometía ir todos los sábados a rezar la Cadena de la alquimia del amor en su templo.
Empezamos a realizar lo que mi marido llamó “rastrillaje”:ir recorriendo de punta a punta las calles de una zona, luego tomar otra zona y hacer el mismo operativo, hasta que repentinamente digo:”- Virrey, Virrey del Pino: esa es la calle, me lo dijo la Virgen. Llevame a esa calle-“. Me lleva: no encontramos nada.
Para el auto, abro la Filcar, cierro los ojos y marco con los dedos… y justo marco Bartolomé Mitre y la continuación de Virrey del Pino que es Montevideo y digo “si si aquí es”. Hacemos dos cuadras de donde estábamos y efectivamente encuentro la verdulería, me bajo y apenas me ve el muchacho se da la vuelta y se va para adentro del negocio. Lo sigo y cuando entro veo que saca mi cartera de una especie de armario y me la entrega, y me dice:”-Señora qué pasó? no sabíamos dónde devolverla, pensamos que Ud. vendría enseguida en cuanto se diera cuenta que le faltaba la cartera…-“
Se imaginan que yo no podía hablar porque mi cara estaba empapada en llanto de emoción. Abro la cartera: intacta, no me habían tocado nada, inmediatamente le doy las gracias más dinero (que no me lo quería aceptar) y lo más preciado: la estampita de la Virgen, y le dije “Ella me trajo a vos, pedile un deseo que te lo va a conceder: es la Virgen de los Imposibles”.
Le pregunte: “¿vos rezas?”, me dijo que si. “Bueno rezale y poné siempre que puedas una flor fresca: ella te va a ayudar”.
Al dueño de la verdulería le regalé el almanaque de San Cosme y San Damián.
Este es mi testimonio de cómo había perdido una cartera, no tenía ni la más remota idea de dónde la podía haber dejado y gracias a la intervención milagrosa de la Virgen hoy lo cuento como una anécdota.
En otra oportunidad les contaré otros milagros que también la Virgen me concedió. Soy una agradecida a la vida, a Dios, a la Virgen y a todas las personas gracias a quienes pude conocer a Nuestra Señora de las Flores, entre ellas agradezco a Nora de Trapalanda, y a Betty Gonzalez.
Espero que mi testimonio le sirva a mucha gente que está sufriendo y que quizás no cree tanto que sin fe nada se logra!!!
Lic. Olga Dolores Calbé Dionisio - L.C. 6201409 - Argentina
La Virgen María Reina de las Flores apareció por primera vez en Buenos Aires, el 15 de octubre de 1986 Dio origen a los Alquímicos San Cristóbal; a la Escuela de Elevación Espiritual San Martín de Tours; a la Misión Virgen María Reina de las Flores; a El Descanso del Cielo, Monasterio de las Flores; al Movimiento Espiritual del Divino Corazón para la Salvación del Mundo; a La Hermandad de La Luz; a la Iglesia Católica Apostólica de los Mariavitas VMRF del Vicariato de Iberoamérica, que difunde su Obra de Amor y Salvación. Es la Virgen exorcista, la oscuridad se retira allí en donde se la invoque... (Clicklea en el texto)
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